Frente a esta problemática, el uso de inoculantes con acción enzimática específica se presenta como una herramienta de alto valor técnico. Estos productos, especialmente aquellos que combinan bacterias lácticas con enzimas celulolíticas y hemicelulolíticas, promueven una fermentación más rápida, mejoran la conservación del silo y actúan directamente sobre las fracciones fibrosas, facilitando su descomposición en el rumen.

En este sentido, un ensayo realizado por Orejano Consultoría Agropecuaria en Villa María (Córdoba) evaluó el desempeño del inoculante BIOTRATO, formulado con un complejo lacto-enzimático, en el ensilado de maíz. Los resultados demostraron beneficios significativos: el material tratado presentó un aumento del 4,8% en proteína bruta, una reducción del 31,2% en nitrógeno insoluble en detergente ácido (NIDA) y una mejor relación NIDA/Nt, lo que indica una proteína más disponible y menos ligada a la fibra.

Además, el silaje tratado con BIOTRATO mostró un 80% más de tiempo de estabilidad aeróbica, reduciendo el riesgo de deterioro tras la apertura del silo. En pruebas de degradabilidad ruminal in situ, también se observaron diferencias significativas a favor del tratamiento en las primeras horas de fermentación, periodo crítico para la eficiencia de consumo por parte del animal.

En conclusión, el uso de inoculantes enzimáticos como BIOTRATO permite transformar silajes fibrosos en forrajes de mayor valor nutricional, elevando su digestibilidad y contribuyendo a mejorar la eficiencia del sistema productivo. Esta estrategia es clave para lograr una ganadería más rentable, especialmente en contextos donde la calidad del forraje se ve comprometida.